El Salón del Trono del Castillo de Neuschwanstein se inspiró en la época bizantina. Esta opulenta sala, que se extiende por las plantas 3ª y 4ª del palacio, es conocida por sus techos abovedados y sus lámparas de araña ceremoniales. Debido a su prematura muerte, el rey Luis II nunca gobernó desde este trono.