- Vistas incomparables: El Puente de la Reina María ofrece unas vistas impresionantes del Castillo de Neuschwanstein. Puedes pararte en el Marienbrucke y admirar las espectaculares torres y torreones, y contemplar kilómetros de la zona rural bávara.
- Conexión real: Construido en 1845 por el rey Maximiliano II de Baviera como homenaje a su esposa, la reina María, el Puente del Castillo de Neuschwanstein es un testimonio de su amor duradero. Caminar por este puente te permite conectar con un trozo de la historia real bávara.
- Perfección fotográfica: Capta instantáneas dignas de enmarcar del Castillo del Cisne, encaramado en lo alto de un escarpado acantilado. Acércate para captar los detalles más intrincados de la arquitectura del castillo, o haz una foto gran angular para abarcar el puente, el desfiladero y la belleza natural de los alrededores.
- La majestuosidad de la Naturaleza: Contempla el impresionante paisaje del desfiladero de Pollat, que cae en cascada bajo el puente. Respira el aire fresco de la montaña y disfruta de las vistas panorámicas del desfiladero y de las estribaciones bávaras.
- Paseo corto y panorámico: Disfruta de un paseo por el Puente de Mary, un refrescante descanso de la subida al propio castillo. Dependiendo del tipo de Entradas al Castillo de Neuschwanstein que elijas, también puedes alquilar una bicicleta y recorrer en bici el exuberante panorama verde.